
Resulta muy interesante leer las anotaciones de Alois Azheimer escritas hace más de 100 años acerca de Auguste Deter, la primera enferma diagnosticada de Alzheimer. Y sorprendente saber que dichas notas clínicas estuvieron perdidas durante muchos años en los sótanos del Hospital Clínico de Frankfurt hasta que fueron descubiertas en 1995, traspapeladas junto a una serie de casos posteriores. Siendo publicadas en la revista Lancet en 1997.
Auguste Deter es un ama de casa casada con un funcionario de ferrocarriles madre de una hija sana y definida por su marido como «una mujer trabajadora y ordenada, algo nerviosa, pero bastante llevadera». El primer día que su marido observa un comportamiento anormal en ella fue el 18 de marzo de 1901: De repente, ella le acusa de haber salido a pasear con una vecina mostrándose fría y distante con ambos desde ese momento. Después, nota que Auguste pierde memoria. En mayo de ese mismo año comienza a cometer errores graves al cocinar y a dar vueltas «intranquila y sin rumbo por la casa». Empieza a descuidar las tareas domésticas. Y se empeña en que un conocido habitual la tiene tomada con ella. Sufre periodos de nerviosismo y agitación, llama a las puertas de los vecinos, da fuertes portazos, esconde objetos por toda la casa. El caos se apodera de la vivienda, de manera que Carl Deter, su marido, desbordado por la situación, decide ingresarla el 25 de noviembre de 1901.
Es en este momento en el que Auguste Deter a la edad de 51 años toma contacto con el doctor Alois Alzheimer, jefe clínico de la Institución para Enfermos Mentales y Epilépticos de Fráncfort del Meno (Alemania) que comienza a escribir sus anotaciones el 26 de noviembre de 1901:
-¿Cómo se llama?
-Auguste
-¿Su apellido?
-Auguste
-¿Cómo se llama su marido?
-Creo que Auguste
-¿Está casada?
-En Auguste
-¿Es usted la Señora Auguste?
-Sí, en Auguste D.
-¿Cuánto tiempo lleva aquí?
-Tres semanas
-¿Qué sostengo en mi mano?
-Un cigarro
-Correcto. ¿Y esto qué es?
-Un lápiz
-Gracias. ¿Y esto?
-Un plumín de acero
-También correcto. ¿Esto qué es, Señora D.?
-Su monedero, doctor
-Sí, correcto. ¿Y esto?
-Un libro
(Sin embargo Tras un breve periodo de tiempo, Auguste no guarda recuerdo de haber visto los objetos que se le presentan). Alzheimer además pide a la paciente que escriba su nombre. Ella solo consigue escribir “señora”, pero luego se queda perpleja, refiriendo no acordarse de su nombre. Cuando Alzheimer le dice el nombre, ella escribe “Auguse D” en vez de Auguste.
El examen físico general y neurológico es normal, salvo en lo concerniente a la orientación, memoria y al lenguaje.
Esta paciente desconcierta al Dr. Alzheimer: Es demasiado joven para padecer demencia senil (término de uso común en la época), no es alcohólica, no es sospechosa de padecer sífilis… además la agitación, la desorientación y el estado de miedo de la señora Deter van en aumento. La visita casi a diario hasta junio de 1902, cuando le trasladan. Su última anotación antes de ese cambio de destino es «Auguste D. persiste en su actitud negativa, grita y golpea en cuanto se pretende examinarla. Grita espontáneamente, a menudo durante horas, de manera que hay que inmovilizarla en la cama».
Alois pasa a trabajar en el Hospital de Heidelberg y después en el Psiquiátrico de Múnich. Su carrera va bien. Tiene prestigio. En Múnich, aun desbordado de trabajo, no olvida a Auguste. Cuando esta muere, el 8 de abril de 1906, le envían su historia clínica y su cerebro para que él, experto en anatomía patológica, lo examine. La causa de la muerte de la mujer es «septicemia por úlcera de decúbito». Alzheimer analiza su cerebro y descubre «alteraciones de las neurofibrillas mucho más pronunciadas que las encontradas en pacientes de edad mucho más avanzada». Es chocante.
Durante los siguientes meses, el doctor Alzheimer prepara una ponencia para exponer el caso en la 37.ª Reunión de Psiquiatras del Sureste de Alemania en Turinga, el 3 de noviembre de 1906. Alois explica el caso ante 90 colegas, pero su caso pasando inadvertido. Excepto para su jefe y mentor, Emil Kraepelin, la figura principal de la psiquiatría mundial del momento. En 1910, Kraepelin publica una nueva edición de su Psiquiatría para médicos y estudiantes, en el que aparece por primera vez el epónimo ‘enfermedad de Alzheimer’; y hace una descripción clínica y patológica de la afección aún hoy vigentes.
Lo que seguramente Alois Alzheimer nunca llegó a imaginar es que pasados 100 años se analizarían de nuevo las muestras del cerebro de Auguste Deter de manera que hoy en día sabemos que presentaba una mutación genética concretamente en el gen de la presenilina 1 (PSEN-1) lo cual es concordante con que presentase la enfermedad a una edad tan temprana. (ver Lancet Neurol. 2013 Feb;12(2):129-30)
En el orígen de la Enfermedad de Alzheimer en toda Anamnesis siempre se constata un sentimiento de falta y pérdida de cariño, y toda la esfera afectivo-emocional está tocada a la vez que el enfermo se separa aún más de su entorno familiar y social al » no sentirse querido «.
Los tiempos que corren no son precisamente los mejores, si no mejoramos en una EDUCACIÓN -FORMACIÓN DE LA AFECTIVIDAD INTERPERSONAL…..y sobre todo de NUESTROS MAYORES. ¡ Qué Dios nos coja confesaos ! .