
Más de uno se habrá extrañado cuando tras contar por ejemplo un dolor de cabeza su médico le ha indicado un antiepiléptico o un antidepresivo. Y es que debido al mecanismo de acción de este tipo de fármacos o debido a algún efecto secundario como la somnolencia tienen otros usos que sobrepasan la epilepsia o la depresión.
Antiepilépticos como la cabemazepina (Tegretol), la gabapentina (Neurontin), la pregabalina (Lyrica) son ampliamente usados en dolores en los que los propios nervios o las raíces nerviosas están implicados en la génesis del dolor como la neuralgia del trigémino, las polineuropatías o las radiculopatías.
Otros antiepilépticos como el topiramato (Topamax) son un tratamiento muy frecuente como preventivo de migrañas.
Por no mencionar los usos de los antiepilépticos en psiquiatria como estabilizadores del ánimo. O el posible uso de la gabapentina en el temblor esencial.
En cuanto a los antidepresivos destacaré dos: la amitriptilina (Tryptizol) usado en dolor neuropático y como tratamiento preventivo de cefaleas, fundamentalmente las de tipo tensional. Y en segundo lugar la trazadona (Deprax) usado como inductor del sueño.